SINCERAMENTE PLATÓNICO

 

Mientras recorro el camino de la vida, va encontrando con obstáculos que muchas veces hay que esforzarse para poder superarlos y atravesarlos. No solo en la vida se encuentran obstáculos, uno tropieza con personas que uno las considera como una amistad más del montón. Con el pasar del tiempo uno se da cuenta que cada día se vuelven mas importantes para uno y sin saberlo dentro de mi, empieza a crecer una gran sensación; la cual es un poco compleja de comprender, es un remolino que empieza con un simple cosquilleo y termina volviéndose en un huracán de emociones y sentimientos.

 

 

Cuando menos me doy cuenta pienso que estoy errando, al sentir emociones por alguien que se encuentra distanciado de mí, y que en realidad no debo hacerlo porque estaría mal hecho. Trato de evitarlo, pero esas emociones cada vez se vuelven más y mas fuertes, haciendo que el corazón se acelere y la conciencia se pierda en el vacío dejándome fuera de orbita. Enfocando la mirada en ese ser, que me hace estremecer y con sus emociones enloquecer, aun sabiendo que estaría mal si llego a ir un paso más allá; algo similar como estar en un tablero de ajedrez, con un movimiento en falso puede acabar todo, y retronando de esa bella fantasía a una triste realidad.

 

Inexplicablemente, por qué siento tantos choques eléctricos dentro de mi ser, cuando converso con alguien que es una gran amistad, pero poco a poco se vuelve mi gran confidente... Que confusión tan grande en la que estoy. ¿En qué laberinto sin salida vine a parar?

En muchas ocasiones he adquirido un poco de valentía para poder confesar que esta emoción tan grande que siento referente a alguien es mucho más de lo que he demostrado. Pero por temor al futuro y por miedo acabar algo tan bonito que floreció sin querer, me retracto al instante sin pensarlo dos veces.

 

 

La cobardía se adueña de mis pensamientos, me impide expresarlos a mi libertad y a mi manera, y sobre todo, me hace retroceder. No quiero, continuar, con esta redacción ya que de tanto pensar, mis manos empezaron continuamente a temblar...