Mientras recorro el camino de la vida, va encontrando con obstáculos que muchas veces hay que esforzarse para poder superarlos y atravesarlos. No solo en la vida se encuentran obstáculos, uno tropieza con personas que uno las considera como una amistad más del montón. Con el pasar del tiempo uno se da cuenta que cada día se vuelven mas importantes para uno y sin saberlo dentro de mi, empieza a crecer una gran sensación; la cual es un poco compleja de comprender, es un remolino que empieza con un simple cosquilleo y termina volviéndose en un huracán de emociones y sentimientos.
Cuando menos me doy cuenta pienso que estoy errando, al sentir emociones por alguien que se encuentra distanciado de mí, y que en realidad no debo hacerlo porque estaría mal hecho. Trato de evitarlo, pero esas emociones cada vez se vuelven más y mas fuertes, haciendo que el corazón se acelere y la conciencia se pierda en el vacío dejándome fuera de orbita. Enfocando la mirada en ese ser, que me hace estremecer y con sus emociones enloquecer, aun sabiendo que estaría mal si llego a ir un paso más allá; algo similar como estar en un tablero de ajedrez, con un movimiento en falso puede acabar todo, y retronando de esa bella fantasía a una triste realidad.
Inexplicablemente, por qué siento tantos choques eléctricos dentro de mi ser, cuando converso con alguien que es una gran amistad, pero poco a poco se vuelve mi gran confidente... Que confusión tan grande en la que estoy. ¿En qué laberinto sin salida vine a parar?
En muchas ocasiones he adquirido un poco de valentía para poder confesar que esta emoción tan grande que siento referente a alguien es mucho más de lo que he demostrado. Pero por temor al futuro y por miedo acabar algo tan bonito que floreció sin querer, me retracto al instante sin pensarlo dos veces.
La cobardía se adueña de mis pensamientos, me impide expresarlos a mi libertad y a mi manera, y sobre todo, me hace retroceder. No quiero, continuar, con esta redacción ya que de tanto pensar, mis manos empezaron continuamente a temblar...
Todos los seres humanos tenemos una gran variedad de defectos los cuales nosotros no podemos ver, pero los demás si se pueden dar cuenta. Uno como ser humano uno cree que lo que creemos que hacemos está bien hecho sin saber las molestias que estamos causando o la impresión que estamos dando a pensar de los demás.
Primero que todo, el verdadero amigo se encarga de ayudarlo a uno y hacerle reconocer el error en vez de reprochar por las cosas malas que uno hace sin querer.
Por qué hay personas que en vez de pensar en ellas mismas tienen que pensar en lo que piensan los demás sobre lo que está bien hecho o mal hecho; yo no estoy acostumbrado a este tipo de dictadura, soy una persona totalmente autónoma donde en realidad, tengo la habilidad de pensar por mi mismo; pero de vez en cuando no es tan mala idea pedir la opinión de alguien de confianza.
Es muy duro en algunos casos cuando una persona se preocupa por lo que piensan los demás, y cometa errores que llevan a que las personas de un momento a otro se vallan apartando; porque no es bueno asegurar cosas solo porque uno piensan en lo malo que piensan los demás, teniendo un negativismo muy severo, prediciendo cosas del futuro perjudiciales, asegurando cosas que en realidad no son; sin siquiera tomarse la molestia de contar con la opinión de alguien. Lo mejor es pensar bien las cosas con cabeza fría, sin apresurarse y sin lastimar a nadie como idea primordial.
El inverso de lo que dije anteriormente es cuando uno choca con personas que sobresalen con su autonomía llevándola hacia un egoísmo donde no le importan la opinión de los demás si no creyendo que en todo tiene la razón; que nadie lo hace cambiar de parecer. Eso está mal hecho. Lo único que recibirá es que la gente tenga una muy mala imagen o perspectiva y que poco a poco se alejen.
